Kuña Guápa, elogio de la mujer trabajadora

por Ramón Fariña - Región - 16/11/2012
Kuña Guápa,  elogio de la mujer trabajadora
Kuña Guápa. Mujer trabajadora
En el castellano paraguayo guapa es la mujer trabajadora, la que no rehúye el sacrificio y se enfrenta con coraje a los reclamos de la supervivencia cotidiana. El poeta CLEMENTINO OCAMPOS -nacido el 14 de noviembre de 1913 en San Lorenzo y fallecido en Asunción hace algunos años-, escribió los versos de KUÑA GUÁPA retratando a quien convierte el día en un ritual de labores sin fatiga. ¿Alguien en particular fue la destinataria de esa obra poética que FRANCISCO LARROZA musicalizaría o el escritor popular imaginó una mujer con las características que menciona? Gracias al doctor JUAN NICOLÁS JAVALOYES es posible dar una respuesta a esa pregunta. "CRISTINA PENAYO GONZÁLEZ, nacida en Coronel Oviedo el 24 de julio de 1924 y fallecida recientemente, el 13 de abril de 2004, fue la musa inspiradora de CLEMENTINO OCAMPOS. Ella quedó huérfana de madre a muy temprana edad y fue entregada a sus padrinos que la criaron. Se formó y aprendió a afrontar sola los avatares que la vida le depararía convirtiéndose en una mujer que no temía a los desafíos", cuenta el médico que conoció personalmente a la kuña guápa. "A los 20 años abandonó su pueblo para trabajar en Asunción. Consiguió empleo como mucama en el Hospital de Clínicas. Estaba en la Tercera Cátedra de Ginecología. Practicó paralelamente enfermería recibiéndose de auxiliar en esa disciplina", continúa relatando Javaloyes. Durante la guerra civil fratricida de 1947 Cristina acompañó a LOLA DE MIÑO y otras mujeres coloradas y monjas que repartían medallitas a los combatientes. Recordando esa temeraria manera de arriesgar su vida solía reírse de buena gana. La joven veía negro su porvenir en el hospital universitario. Tenía muchas obligaciones y escasa remuneración.

En la década de 1950 decidió alquilar un local y poner un comedor cerca del Colegio Monseñor Lasagna. Allí los obreros estaban ampliando la construcción y fueron sus primeros clientes. "Su rutinaria laboral comenzaba a las tres de la madrugarla con las compras de insumos del Mercado 4. Al regresar, preparaba el desayuno para los comensales, limpiaba la casa, tomaba su mate, iniciaba las tareas de elaboración de la comida del mediodía, lavaba los cubiertos y la mantelería dejando todo con orden para el día siguiente", comenta el galeno. A pesar de ese trajín sin tregua, a Cristina le sobraban energías para salir a divertirse. Los sábados iba a alguna fiesta bailable de los alrededores. En una de esas ocasiones conoció a CLEMENTINO OCAMPOS y se hicieron amigos hasta que el poeta se convirtió en su "chíko ñongatupy” (Enamorado secreto) porque ella tenía un novio oficial. "El poeta le visitaba con relativa frecuencia y admiraba la forma en que se desempeñaba en la casa sin cansarse jamás", señala el médico. "En cierta oportunidad, en uno de los festivales amenizados por Ocampos éste se acercó a ella y le dijo 'Negra: hoy quiero presentarte oficialmente una música hecha para vos. La llamé KUÑA GUÁPA. Ella contaba que en ese momento estaba con su novio oficial por lo que le respondió: 'Aniangáke Clementino ani voi oñantoja ndéve cháke rojukáne (Ten mucho cuidado y que no se te antoje porque te voy a matar)". 'Ipõrã che kamba. Noromotĩmo’ãi péicharamo (Está bien, no te haré pasar vergüenza entonces)", le retrucó él. 'Eme’ẽ ótrape la nde purahéi. Ndachepochy mo’ãi (Dale a otra la canción. No me voy a enojar por eso)", le pidió Cristina", narra Javaloyes reproduciendo lo que había escuchado de la enfermera que por algún tiempo tuvo aquel comedor. Cristina fue la enfermera del doctor Javaloyes y otros médicos en una clínica que abrieron en Limpio. Trabajó también como ama de llaves en la casa de una médica. "Cristina era morena. Sus amigos médicos le llamábamos cariñosamente pimienta por lo picante de sus comentarios contra las personas que no eran de su agrado. Era obsesiva por la limpieza y sumamente pulcra. Estaba permanentemente acicalada y perfumada. No escatimaba el comentario mordaz contra cualquiera de sus amigos si no estábamos en forma. Era una mujer muy alegre, simpática y servicial. Con ella no se podía estar triste. Vivía cerca del hospital central del Instituto de Previsión Social. Al salir del trabajo, nos íbamos a su casa", concluye el Dr. JUAN NICOLÁS JAVALOYES. Hoy la obra es tildada de machista. Sin embargo, en su origen -por lo expuesto-, no pretendió ser sino la exaltación de una kuña guápa de ley.

por Mario Rubén Álvarez
Fuente: Dr. Juan Nicolás Javaloyes




Kuña Guápa

Gallokuéra osapukái ko’ẽtĩ oñemboja epu’ã eñakãkãrãi kuña guápa tahecha toku’ékena tumby tojuasáke tetyma typycha tojeroky taiñesperánsa kosina.

Ka’ay tahetyma, tahyjúi ha tahaku hendaguépe kaferã aje’íma topupu tokarúke ryguasu, tombo’a, tahyguãtã y pyahu tojereru, kambuchi torrevosa.

Toîmba tembi’urã tata ári tahaku hendaguépe ao ky’a heta põrã taijaruru morõtĩva kamisa taipotĩ tahyakuãvu ani anga hesa’yju ovyvyha rupi opyta.

Savana kotypegua taipotĩ tapiaite portiju ladosegua taheve káda ko’ê koty’ípeke toiko torypápe la karu pukavýpe tereiko, torrendi che mborayhu.

Kane’õ ladosegua araíre tohopa osoróva umi che ao pya’ete erremenda nde deber ka’arugua pohãita ku tererépe téreho che rendaitépe ha upéi tamerenda.

Oguãhẽvo ka’aru tereho eñempolva tojajái umi nde resa ha py’ỹĩnte che retũ kuña guápa nde rekópe virumi reipurukuaávaha ko’ẽramo tupaópe ñamenda mba’e haguã.

Letra: Clementino Ocampos
Música: Francisco E Larroza

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